Así es como llevarían nuestras joyas los iconos de estilo más feministas

De Jane Birkin a Carolina de Mónaco, pasando por Grace Kelly e incluso la princesa Diana… todas hicieron del estilo su mejor aliado feminista.


La moda nunca es banal: toda personalidad pública con un altavoz lo sabe y la utiliza para transmitir un mensaje que nunca es al azar. Esta premisa no es nueva, y desde siempre las mujeres han utilizado sus atuendos para demostrar conformidad o disconformidad con determinadas situaciones. Además de para empoderarse a sí mismas y, naturalmente, divertirse vistiendo. Las joyas también pueden formar parte de ello, y aquí dejamos los mejores ejemplos de mujeres relevantes en la historia, con las joyas que se pondrían – seguro – una y otra vez.



La princesa Diana


Hizo suyo el cuello Pussybow. Una lazada al cuello en las clásicas blusas que se viralizó entre las décadas de los 60 y 70, gracias a la incorporación de la mujer al trabajo. La mayoría elegían este tipo de cuellos, que imitaban a la corbata masculina, para asistir a sus puestos de trabajo totalmente empoderadas. La elección de Diana de este tipo de cuellos en reiteradas ocasiones no fue para nada casual y a ella le han imitado sucesoras – en material de estilo y feminismo – como Kate Middleton o Meghan Markle. La princesa lo habría combinado entonces con los pendientes pebbles, tan discretos y sofisticados como ella misma, no nos cabe la menor duda.


 


Jane Birkin


¿Qué hay más feminista que la comodidad? En un mundo en el que la mujer siempre ha estado obligada a verse bien, a menudo a costa de ir incómoda, nada. Y si encima va acompañada de sofisticación y buen gusto, es un éxito por partida doble. La de Jane Birkin es una historia que hay que agradecer al director ejecutivo de Hermès durante los años 80, Jean-Louis Dumas, cuando se encontró con Jane en un avión. A la cantante británica se le cayó el bolso, esparciendo por el suelo todas sus cosas, lo que provocó su famosa queja en la que denunciaba que era difícil encontrar un bolso de madre que cubriera todas sus necesidades de viaje. Así fue como Dumas ideó el hoy encumbrado modelo Birkin, uno que se asocia al lujo y al estilo más sofisticados. Combinar con él una pulsera dorada como el modelo Matilda siempre será buena idea. Como perfectamente podría haberlo hecho la mismísima Jane Birkin.


Carolina de Mónaco

Abanderada de un sinfín de organizaciones y proyectos feministas, Carolina de Mónaco es firme defensora también de las perlas. Son su mejor aliado de estilo y le han acompañado siempre, durante sus momentos más importantes. Otro aliado inesperado son los vestidos de flores, con uno exquisito inauguraba el pasado mes de septiembre una exposición feminista. Y no se nos ocurre mejor idea para combinarlo que unas buenas perlas. Por suerte, son nuestra seña de identidad y tenemos opciones de sobra para ofrecerle a la princesa –y que seguro le encantarían todas –, pero nos quedamos con la combinación de collares Macarelleta, SashaMara  – a ella le encanta el layering en este sentido – y los pendientes Pía, sin lugar a dudas..


 


Grace Kelly


La de Grace Kelly fue una historia que lo era todo menos un cuento de hadas, a diferencia de lo que la narrativa monegasca quiso siempre comunicar. La joven actriz tuvo que dejarlo todo – su país de origen, su carrera profesional y su vida en general –, para acompañar para siempre al príncipe Rainiero, que no supo hacerle feliz. A pesar de la opresión que sufrió, Grace Kelly, eterna musa de Dior, hizo de la vida de sus hijos el cuento de hadas que ella no pudo tener y se convirtió en la mártir feminista menos esperada. A ella le pondríamos el collar Amatista de la colección Birthstones – que coincide con febrero, el mes de nacimiento de su hija menor, Estefanía, con quien murió en un accidente de tráfico –, para empoderarla y liberarla a partes iguales.